El #ajo es sin lugar a dudas uno de los productos más universales utilizados en la cocina y después que sepas un poco más sobre sus propiedades, terminarás de amarlo u odiarlo.
Lo primero que debemos saber es que su origen se remonta a Asia Central pero los chinos y egipcios ya lo utilizaban en la más remota antigüedad (la primera cita que se conoce data de 4.000 a.C.). Estos últimos (los egipcios) alimentaban con ajos a los esclavos que construían las pirámides porque creían que este, les aportaba energía.
Algo que no podemos negar es que al consumir una cantidad importante de ajo, produce en nuestro cuerpo: mal aliento y transpiración desagradable pero tranquilos que es sólo por un corto período de tiempo; es decir, mientras se expulsan las toxinas acumuladas en nuestro organismo, una vez liberadas éstas, ya no se despide mal olor. Esto es debido a que ese olor desagradable que se atribuyen a los ajos, no es debido a los ajos propiamente dicho, sino al proceso de eliminación de las toxinas que acumulamos y que al combinarse con los activos eliminadores del ajo, despiden ese olor desagradable.
Si comes ajo, procura que tu amante también lo coma.
Pero, si aún así deseamos eliminar o al menos, atenuar su rastro, podemos probar alguna de las siguientes opciones: beber zumo de limón recién exprimido, morder perejil, tomarse una cucharada de miel, beber un vaso de leche o de vino tinto. Si el olor lo tenemos en nuestras manos, desaparecerá en gran parte si las lavamos con salmuera.
El ajo provoco uno de los primeros actos de discriminación de los romanos hacia los hebreos, por el aliento que tenían debido a que lo consumían en grandes cantidades.
Te lo presento en su estado natural.
Siempre que podamos, es recomendable comerlo crudo ya que cocido pierde más del 90% de su efectividad. El órgano que más se beneficia cuando ingerimos el ajo crudo, es el corazón. Si tenemos en cuenta, que el ajo, es el gran purificador de la sangre, sacaremos como consecuencia que también es el gran fortalecedor del corazón.
No es aconsejable el uso en personas que hayan presentado hemorragias traumáticas y estén en proceso de cicatrización o personas en períodos menstruales activos (esto por su poder vasodilatador; es decir, que favorecen al aumento del diámetro de los pequeños vasos sanguíneos; arteriolas y capilares, lo que hace que la sangre fluya con mayor facilidad y que disminuya la presión sanguínea). Tiene auténticas propiedades fluidificantes y por lo tanto puede impedir los procesos de coagulación y de aquí, el poder afrodisíaco del ajo.
José Isabel | Cocinero
Junio 2020
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