Sé que no es una forma nada bonita de empezar un escrito pero es que este en particular, me movió.
...una vez escuché a alguien decir, que el mejor halago que su padre podía utilizar para referirse a una persona querida y apreciada, era decirle: que esa persona era un buen hombre!!! Hoy me llega la lamentable noticia de que mi amigo José ha fallecido... José fue mi barbero durante todo el tiempo que he vivido en Panamá... Era un profesional de primera, de esos que siempre se reía, de esos que amaban su trabajo, de esos que siempre tenían un cuento, de esos que te preguntan por tu mamá, de esos que tumban toda esa tontería de que los panameños son tal o cual cosa... Porque cuando alguna persona, me hacía esa referencia, inmediatamente mi mente pensaba en ¡mi pana José! Al que tenía que llamar con una semana de anticipación para que me reservara el cupo.
Al que por cosas del destino al terminar el último mensaje de voz que me mandó me dijo con voz penosa y un poco desorientada: CHAAAMO TENGO YA 20 DÍAS EN EL HOSPITAL (y después de balbucear un par de palabras más) me terminó diciendo: ¡LO QUE DIOS QUIERA!
Este escrito va como salga, es de verdad, es sincero, es para mi el inicio de un proceso de catarsis. En los últimos meses, ha habido tanta enfermedad, tanta llanto, tanta tristeza que quizás muchos de nosotros hemos tenido más tiempo invertido en lavarnos las manos o en ver las cifras de contagios y/o de muertos que tal vez, nos ha faltado interiorizar las causas, las consecuencias y posible prevención de este mal. No quiero perder tiempo arreglando o editando este escrito, prefiero dedicar ese posible esfuerzo de edición, en recordar a mi gran amigo.
Recuerdo tantas y tantas anécdotas... Siempre antes de sentarme bajo el cuidado de su máquina, tijera y navaja; tenía, como ya lo dije antes, el detalle de preguntar por mi mamá. Luego durante el corte, llegaba siempre la pregunta infaltable: ¿cómo ves a Panamá?, ¿qué tal lo está haciendo el presidente?, ¿tú crees que la cosa mejore?... Y así, se iban minuto a minuto, los cortes de la tijera hasta que llegaba al final. No sin antes, recordarme a modo de almanaque viviente, cómo y cuánto había cambiado Panamá en estos últimos años.
Cuando terminaba, pasaban dos cosas seguras y que quizás volvían esa relación tan especial y única, por un lado, yo, quedaba más que conforme con el trabajo de corte que él había realizado (más de una vez le dije: yo no entiendo para qué me pones el espejito al final del corte, si yo sé que contigo eso está seguro...) Aún así, vez tras vez, me seguía enfocando el dichoso espejito para que yo quedara más que satisfecho de su trabajo... ¡COMO SIEMPRE FUE!
Les dije que pasaban dos cosas pero que él me pusiera el espejito, no era su parte memorable. Su mejor parte era su sonrisa de despedida justo antes de irme. Su sinceridad cuando me decía: ¡CUÍDATE CHAAAMO!, no sin antes darnos un gran abrazo que me hacía olvidar que yo era un cliente más y que él, solo era mi barbero.
Hoy que te vas, sin despedida. Hoy que es tu hijo el que me responde el último mensaje que te envíe, ese que nunca me contestaste... Ese con el que simplemente quería saber que estabas bien y que pronto volveríamos a hablar del presidente y de la situación del país. Eso nunca pasó.
Aún guardo y siempre guardaré el último mensaje que me enviaste, en el que me decías que estabas hospitalizado, en el que me dijiste, con fatiga en tu voz: ¡LO QUE DIOS QUIERA!
Y así fue... Dios quiso que llegara al cielo el mejor barbero, te buscó a ti mi pana y con todo y que era el mismísimo Dios que se quería afeitar, lo hiciste esperar más de 20 días... Hasta siempre a ¡UN BUEN HOMBRE! 😢 ¡CHAAAMO!
Este escrito desde un principio comenzó con tristeza y quiere terminar con un llamado de atención a ¡NO BAJAR LA GUARDIA... POR FAVOR, CUIDENSE MUCHO! ESTO ES SERIO.
...y, sí necesitan un barbero, lamentablemente en la tierra no lo encontrarán... ¡SIMPLEMENTE PORQUE YA ESTÁ EN EL CIELO AFEITANDO AL GRAN JEFE!
José Isabel | Cocinero
Julio 2020
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